Han pasado ya doce horas desde que el reloj del santuario fue encendido porAriadna y durante el transcurso de ese tiempo, bastantes cosas interesantes han sucedido alrededor de la diosa Athena y el dios Ares.
El reloj marca las 3:45 en el santuario, todos aquellos caballeros que en el se encontraban miraban con nerviosismo la ultima llama azul irse apagando poco a poco en el signo de Piscis, sin embargo al dar las 4 de la madrugada, la ultima llama se apaga.
El santuario esta enmudecido bajo la estrellada noche, todos observan a sus alrededores viendo a sus compañeros caballeros que se enuentran cerca y quienes se encontrraban solos unicamente podian deleitar la increible calma y silencio que cubria por completo los cimientos de aquel Santuario.
No pasa nada tras la extincion de la ultima flama, la espectativa crece aun mas, el nervio y temor invade a la mayoria de los caballeros de bajo rango, acaso las doce flamas habran sido una ilusion que solo logro hacerle ganar tiempo a Ares? o son el presagio de que algo esta por pasar?; esas
son las preguntas que todo mundo se hacia a si mismo desde el lugar en que se encontrara en el santuario de Athena.
A lo lejos de la entrada a la camara del patriarca, Shaina y Marina corrian velozmente como si algo terrible hubiese sucedido, curiosamente parecian trabajar ambas en equipo, pues resultaba raro que con tanta rivalidad entre ambas alguna vez pudieran trabajar por un bien comun.
Ambas subian agitadas las escaleras hasta que llegan al salon del fallecido Shion.
-Shaina, Athena y Seiya se encuentran al fondo de la camara del patriarca- Marin corria junto con la peliverde hacia la entrada del templo del gran maestro
-Asi es, debemos llegar con ellos para contarles lo que a sucedido- la peliroja avanza junto a su compañera por la alfombra roja de aquel templo
-Demonos prisa, ya casi llegamos- Shaina rebazaba la silla donde por muchos años Shion veló por el santuario
-Ahi esta Athena y Seiya, logro verlos- Marin y Shaina llegaban hacia donde se encontraba la diosa y seiya, quienes tambien estaban acompañados por Shun, Ikki y Mascara de Muerte
-Athena!- Shaina se detenia reverenciando a la diosa
-Seiya, Shun!- Marin saludaba agitada tras el veloz recorrido que habia hecho junto a la otra amazona a travez de las doce casas
-MARIN, SHAINA!- Seiya gritaba emocionado al ver a su maestra y Shaina
-Pero que?…- Shaina observaba incredula a Ikki y Mascara de Muerte durmiendo con muchos vendajes cada uno en una cama individual
-Athena que les a sucedido a Ikki y Death Mask?- Marin preguntaba a la diosa
-Ellos han sido heridos gravemente tras una intensa batalla que libraron hace algunas horas- Athena respondia mientras colocaba un pedazo de tela humeda sobre la frente de Mascara de Muerte
-Asi es, y debido a las graves heridas que DM sufrio fue traido hasta aca por Aioria, pero mi hermano…
-Ikki se ve muy mal herido, incluso mas que DM- Marin ayudaba a Shun a ponerle una franela humeda en la frente a Ikki
-Ikki esta muy gravemente herido porque aun despues de su batalla, el tuvo que subir mal herido muchas escaleras desde la casa de Geminis hasta la casa de Sagitario donde fue encontrado por Aioros- Seiya explicaba a ambas la razon de las heridas de Ikki
-Ya veo, pero porque no fue ayudado por algun otro caballero dorado de alguna casa mas cercana?- Shaina preguntaba molesta
-Como veras… Mascara de Muerte esta aqui herido y este fue ayudado por Aioria, Ikki salio de la casa de Geminis y por obvias razones no encontro a nadie en Cancer y Leo, en Virgo no se encontraba Shaka porque el estaba con nosotros en ese preciso momento- Seiya explicaba graciosamente como de costumbre
-Y despues de Virgo, mi hermano llego a Libra donde tampoco habia nadie ya que el viejo maestro aun no llega al santuario, en Escorpion… no sabemos que pasa, al parecer Milo no se encuentra en el santuario, asi Ikki siguio subiendo con sus heridas hasta que por fortuna pudo llegar a Sagitario donde fue encontrado por Aioros y este lo trajo hasta aca- Shun terminaba la explicacion que Seiya habia comenzado
-Ahora entiendo- Pensativa respondia Marin mientras observaba a Shaina
-Ahora diganme muchachas, que las a hecho subir hasta este lugar?- Athena preguntaba mientras les ofrecia un vaso de agua a las ya calmadas amazonas
-Es cierto, Marin explicale tu- Shaina bebia el vaso de agua
-Resulta que ambas estuvimos hace poco en Inglaterra y nos encontramos una ciudad debastada totalmente, pero eso no es lo que nos sorprendio, lo que nos sorprendio fue que en el momento que abandonamos la ciudad logramos sentir una presencia seguirnos… como si fuera una sombra, ante eso no tomamos mucha importancia, solo estuvimos cautelosas todo el tiempo, pero al final cuando dejamos la ciudad escuchamos el grito de una mujer y ella dijo algunas palabras…-Marin explicaba a Athena lo ocurrido en Inglaterra con Shaina
-Unas palabras, que palabras escucharon?- Athena se sentaba en la orilla de la cama de Ikki cuidando de no lastimarlo mientras escuchaba a Marin
-«Yo Enio sere quien apague el sol de la tierra», esas fueron las palabras de esa mujer- Marin repetia tal y como habian escuchado aquellas palabras
-Enio?- Shun preguntaba
-Eso fue lo que escuchamos, y estamos seguras de haber escuchado bien- Shaina terminaba de beber su vaso de agua con mucha rapidez
-Enio es la diosa de la Violencia y las Batallas, desde tiempos mitologicos ella acompaña a Ares en sus guerras, era de esperarse que ella estuviera aliada a Ares en esta guerra- Athena se levantaba caminando lentamente hacia afuera del templo a contemplar las estrellas
-Athena, eso quiere decir que…- Seiya y las amazonas la seguian dejando a Shun a cargo de Ikki y Mascara de Muerte
-Asi es, no solo Ares, Phobos y Deimos estan aqui… tambien Enio, creo que esta los dioses se han unido en nuestra contra- Athena observaba con lagrimas en los ojos y con resignacion el tener de enemigos a mas de tres dioses, mas aun no sabia que tambien se encontraban Afrodita, Eros y Anteros
-Athena, recuerda que ante todo aqui seguiremos tus caballeros para protegerte en todo momento, asi sean todos los dioses, juro que jamas me rendire ante ellos- Seiya intentaba reconfortar a la diosa
Sin embargo, despues de las palabras de Seiya, en el santuario todo seguia normal tras la extincion de las doce llamas del reloj y asi todo mundo parecia empezar a dejar de preocuparse por esa situacion de espectativa.
-Esmeralda…- Ikki mencionaba el nombre de aquella a quien alguna vez amo con tanto fervor
-Ikki, hermano siento el terrible dolor que debes sentir por saber que Esmeralda te a traicionado- Shun tomaba la mano derecha de su hermano mientras lo observaba dormir
-Athena, sin embargo hay algo mas que aun no te hemos dicho- Marin observaba a Shaina mientras Athena y Seiya seguian contemplando el despejado y estrellado cielo de Grecia
-Hay algo mas?- Athena volteaba hacia ambas junto a Seiya
-Esta noticia es aun mas dura que la anterior, Athena te pido que lo tomes con calma- Marin seguia observando a Shaina moviento la cabeza de arriba hacia abajo en señal de acreditacion
-Athena… los santos de bronce, Jabu, Ichi, Nachi, Ban y Geki han muerto- Shaina observaba directamente a los ojos a la diosa tras la mascara que siempre a cubierto su rostro
-Que has dicho Shaina?- Seiya exclama fuertemente ante la noticia
-No puede ser- Athena suspira con un gran llanto, doblandosele las rodillas y cayendo desconsolada al piso
-Hemos encontrado sus cuerpos juntos a sus armaduras guardadas en sus boxes, al parecer libraron una dura batalla en la que despues de morir, sus armaduras retornaron a sus boxes quedandose a lado de cada uno de ellos, como si intentaran protegerlos aun despues de muertos, Al verlos ahi, decidimos enterrarlos Marin y Yo, las armaduras las trajimos hasta el santuario y las dejamos en la casa de Aries a Mu para que las reparara, pues estaban bastante dañadas- Shaina terminaba de dar la explicacion sobre la muerte de aquellos cinco caballeros de bronce
-Jabu, Ichi, Ban, Geki y Nachi… ahora deben estar en un mejor lugar- Athena miraba al cielo como si intentara encontrar respuestas en las estrellas
-No puede ser ese maldito de Ares ya me canzo, juro que vengare la muerte de cada uno de ellos y acabare con Ares- Seiya se ponia furioso golpeando uno de los pilares de la parte trasera del templo del patriarca
-Seiya…- Marin suspiraba
En Inglaterra…
-Señorita Enio, ya e dado aviso a las Berserker Rubi, ellas llegaran en cinco dias hasta aqui- Alala entraba a una habitacion totalmente destruida por Enio
–Cinco dias? crei que te habia dicho «lo mas antes posible«- Enio observaba sentada desde un sillon desgarrado a Alala son hacer un solo gesto
-Lo se señorita, pero usted sabe que ellas son muy poderosas y aun no les dije que usted esta detras de todo esto, ya sabe… fue una orden suya no dar a conocer su llegada- Alala se ponia de pie lentamente mientras observaba los vidrios rotos de aquella construccion en donde apenas lograban entrar los rayos del sol
–Ya veo, muy bien muy bien, creo que Athena tendra cinco dias de paz por el momento jajajaja– Enio reia aplaudiendo sarcasticamente
-Si me permite, me retiro- Alala se daba media vuelta abandonando la construccion donde la diosa se encontraba
Al salir de donde Enio se encontraba, Alala subia a lo alto de un grande edificio y bajo la poca luz de la luna observaba la ciudad totalmente destruida por la guerra que habia pasado por ahi
-Esto es lo que le espera al santuario y no solo al santuario… a Athena, sus caballeros y todos los humanos jajajaja- La peliroja contemplaba desde las alturas el escenario de una guerra devastadora y cruel entre humanos.
Grecia…
-Y ahora me diras a donde nos a enviado a Athena?- Aldebaran se encontraba bastante aburrido mientras abordaba un avion hacia Londres junto a Afrodita de Piscis
-Aldebaran, tu siempre tan impaciente, pero en fin, creo que no podre quitarte de encima si no te lo digo verdad?- Sonriente y muy divertido bromeaba a su amigo taurino
-Baa! ya no juegues conmigo guapito y dime ya que si no perdere la paciencia- Aldebaran fruncia el ceño a Afrodita muy despectivamente
-Hay esta bien, bueno mira esto que traigo- Afrofita le mostraba la gargantilla dorada que Athena le habia encomendado entregar a Ares
-Woo y eso de donde lo sacaste?- Bueno, Athena me dio la mision de entregar esto a Ares en son de paz jeje, aunque dudo que seamos bien recibidos- Afrodita se
acomodaba cuidadosamente su cabello cuidando de que no saliera algun pelito mal acomodado
-Bueno, no es que tenga miedo ni nada por el estilo pero… y yo que hago aqui? contigo- Aldebaran reia y sudaba graciosamente mientras se rascaba la cabeza
-Jajaja bueno esque lo que no te e dicho es que Athena mi dijo que podria llevar a un caballero dorado conmigo para que me acompañe en esta mision en caso de que las cosas se pongan feas con Ares y como veras te escogi a ti- Con unos ojos de inocencia y delicadeza observaba al caballero de Tauro
-De entre 11 caballeros dorados tenias que escogerme a mi? te repito no es que tenga miedo… pero porque a mi?- Aldebaran observaba decepcionado al caballero de cabello celeste
-Bueno, pense que seria interesante llevar de compañero a un tipo rudo y bastante corpulento como tu jijij- El pisciano reia chuzcamente ante la mirada matadora del taurino que no lo calentaba ni el sol (pese a que eran las 4:30 de la mañana)
-Hum… bueno ni hablar, ya estamos aqui, pero a la otra me diras lo que planeas antes de que me vuelvas a sacar del santuario de la manera que lo hiciste- Aldebaran advertia al caballero de Piscis
-Tranquilo, que genio!- Afrodita volteaba su cabeza rapidamente dandole la espalda a Aldebaran mientras abordaban el avion que los llevaria hasta Londres.
Londres…
Alexander paseaba tranquilamente por la madrugada contemplando la Abadia de West Minster en la que se habia alojado junto a los demas dioses y sus subditas, ahi el joven recorria todos y cada uno de los largos y obscuros corredores observando los ventanales que tenian antiguedades de mas de 500 años, asi mismo contemplaba la belleza de todos y cada uno de los cuadros y lienzos trazados que adornaban la tan bella construccion Inglesa.
Alexander parecia aquel joven amable y de familia bien acomodada, sus ojos eran dulces y llenos de amabilidad, sin embargo el no sabia porque se encontraba en ese lugar de la noche a la mañana, preguntaba en su mente donde estaban sus padres, su mejor amigo, pero sin encontrar respuesta alguna seguia caminando deteniendose en cada lienzo al que llegaba.
-Alexander buscas compañia?- Una hermosa joven de cabellos rubios y hermosos ojos verdes cubierta de tan solo una delgada manta de tela blanca que muy pegada a su cuerpo dejaba ver la silueta figura de una dulce joven se acercaba hacia el joven
-Afrodita? pero que haces despierta a estas horas de la noche?- Alexander preguntaba algo interesado ante la compañia de la hermosa joven
-No tenia sueño- La rubia miraba en circulos intentando no ver a Alexander a los ojos
-Ya veo… quieres dar un paseo?- Temeroso invitaba a la muchacha a seguir caminando por los largos e interminables pasillos de West Minster
-Cla… Claro- Un tanto timida aceptaba la invitacion comenzando a caminar a un lado de el
-Afrodita, de donde vienes?- Alexander preguntaba buscando alguna forma de hacer conversacion con la timida joven
-Bueno yo… vengo de Grecia jeje y tu?- Mirando hacia los cuadros de la pared preguntaba
-Yo naci aqui en Inglaterra, aunque ultimamente e sentido que no pertenezco a este lugar- Mirando hacia el piso cabizbajo respondia
-Ah, yo aveces siento lo mismo, pero quizas sean cosas normales entre los dioses- Jugando con sus dedos respondia nerviosa
-Dijiste Dioses?- Alexander preguntaba instantaneamente tras escuchar aquella palabra
-Eh? no, no, quise decir entre personas- Reia nerviosa
-Mira este cuadro, es muy bello- Rapidamente la joven cortaba el tema invitando a Alexander a deleitar un cuadro mas
-Si… es bello- Pensativo y serio respondia mientras miraba el cuadro igual que su joven acompañante
-Quien sera esa hermosa mujer?- Preguntaba asombrada a Alexander mientras observaba el cuadro
-La conocen como «La Gioconda» o la «Monalisa» es un lienzo trazado por Leonardo DaVinci hace ya varios siglos, claro que esta no es la pintura orginal, la autentica se encuentra en el museo de Louvre en Francia- Muy emocionado explicaba a Afrodita la historia de aquella pintura
-La Monalisa, que interesante, es una pintura hermosa- Afrodita pasaba sus dedos sobre el cristal de la pintura dibujando la silueta de la Gioconda
-Leonardo DaVinci fue el creador de grandes pinturas en su tiempo y hoy en la actualidad se le sigue reconociendo su talento, me atreveria a decir que jamas existira alguna otra persona capaz de igualar su talento- Alexander tomaba elhombro de Afrodita mientras ambos seguian observando aquel cuadro
-Alexander tenemos muchas cosas en comun no crees?- Afrodita se volteaba lentamente hacia Alexander dandole la espalda a la pintura
-Creo que si jeje- Reia nervioso mirando los ojos de la Monalisa y de Afrodita alternadamente
-Sabes, jamas habia conocido alguien que supiera tanto de arte com tu- Afrodita acariciaba los pomulos de Alexander mientras se acercaba muy lentamente hacia el
-A… Asi es, un arqueologo por lo regular tiene muchos conocimientos de arte para asi saber la historia y origen de las cosas que se encuentra de cualquier civilizacion- Sonrojado y un tanto nervioso explicaba a la joven
-Alexander, me empiezo a enamorar de ti- Afrodita acerca lentamente sus labios hacia los de Alexander mientras esta cerraba sus ojos
-A…frodita- Muy nervioso Alexander cierra sus ojos de igual forma comenzando a besar apacionadamente a la joven quien tambien lo besaba sin despegarse de el en ningun momento
Asi transcurrieron varios minutos de amor y caricias entre ambos jovenes
-Te amo Alexander, por fin e encontrado al amor de mi vida- Afrodita abrazaba fuertemente al joven
-Afrodita… yo no se si pueda amarte- Alexander abrazaba de igual forma a la joven, pero algo parecia aquejarlo desde el fondo de su corazon
-Alexander, no hables mas, solo quiero que este abrazo dure mucho tiempo- Afrodita observaba el pasillo obscuro a espaldas de Alexander con una sonrisa llena de confianza
A lo lejos en la obscuridad del pasillo se lograba ver la silueta de una persona que se comenzaba a elevar como si estuviera volando, asi la joven que abrazaba a Alexander guiña el ojo como si estuviera dando alguna señal.
Desde las sombras a espaldas de Alexander, aquella silueta comienza a volar en zig zag hasta que de un silencioso chazquido aparece un arco en sus manos con una flecha, este pone la flecha en su arco lanzandola hacia Alexander y Afrodita quienes aun se encontraban abrazados.
La flecha avanza a toda velocidad hasta que se clava en la espalda de Alexander atravezandolo totalmente llegando atravezar tambien el cuerpo de Afrodita.
Alexander cae al piso junto con Afrodita sin poderse separar pues la flecha los mantenia unidos y mientras el intenso dolor los aquejaba a ambos, la flecha desaparece misteriosamente cerrando inmediatamente las heridas que les habia causado a los jovenes, sin embargo Alexander habia perdido la conciencia.
-Bien hecho Eros- Sonriente felicitaba al dios del Amor
-Siempre estare para servirte mi hermosa Afrodita- Eros se acercaba volanto hacia la diosa revelando su indentidad que mantenia oculta entre las sombras
-Al parecer Ares a caido en el hechizo- Afrodita observaba el cuerpo inconciente de Alexander en el piso
-Si, mi flecha del amor eterno ahora estara clavada en su corazon y el estara perdidamente enamorado- Eros bajaba al piso levantando a Alexander
-Eros quiero que lo lleves a su cama, yo me retirare a la mia- Afrodita daba las gracias al dios del Amor mientras este levantaba del piso a Alexander
-Cuando el despierte yo le explicare lo sucedido- Afrodita se reitaraba del lugar desapareciendo en la sombra del largo pasillo hacia su recamara
-Me parece bien mi hermosa dama- Eros llevaba en direccion contraria a Afrodita a Alexander hacia su recamara
Pero en las obscuridades de los pasillos donde el contecimiento habia ocurrido, la sombra de un hombre recargado en la pared y cruzado de brazos observaba todo lo acontecido en ese momento entre Alexander, Afrodita y Eros.
-Valla valla, con que algo trama Afrodita y ese enano jajajajaja, yo Phobos no dejare que intenten algo contra mi señor Ares jajajaja- El hombre pensaba esas palabras mientras observaba como se retiraban del lugar Afroita y Eros con Alexander inconciente, y asi tras observar lo sucedido, este se retira solenciosamente de lugar sin hacer nada.
Santuario…
Las horas habian pasado tras la llegada de Shaina y Marin, y el sol comenzaba a salir una vez mas, todo era absoluta calma, los pajaros en el santuario cantaban una vez mas como hacia mucho tiempo no lo hacian, los rayos del sol cubrian absolutamente todo el lugar, ninguna nube se podia observar, el amanecer era totalmente hermoso, sin embargo aunque el dia era hermoso no habia nada que celebrar.
En el santuario imperaba la tristeza y consternacion tras la muerte de Jabu y los demas, la indignacion de los caballeros era tanta que incluso mientras se guardaba silencio en honor a ellos, por dentro sentian ira y odio hacia con Ares, en sus mentes pensaban las formas mas crueles de torturar a Ares por sus horribles actos, sin embargo todos y cada uno de ellos guardaban la compostura ante la presencia de Athena en respeto a la misma diosa y a los fallecidos caballeros de bronce.
Todo el santuario se encontraba reunido en el coliseo haciedo una ceremonia religiosa para despedir las almas de Jabu, Ichi, Nachi, Geki y Ban, asi mismo aunque no estuvieran presentes sus cuerpos, en el centro del coliseo se encontraban las boxes de sus respectivas armaduras rodeadas por todos los caballeros de todas las categorias.
-Caballeros, Amazonas… este es el ultimo adios a aquellos caballeros que siempre sirvieron a la diosa Athena- Mu hablaba ante todos los presentes desde el centro del coliseo
-Jabu de Unicornio, Ichi de Hydra, Nachi de Lobo, Ban de Leon y Geki de Oso, ellos siempre fueron fieles y serviciales caballeros, ante la precencia de Athena, prometemos que jamas seran olvidados y que siempre seran recordados como las buenas personas que nunca dejaron de lado sus deberes hacia el santuario- Mu hablaba en publico ante todo el santuario que se encontraba reunido en el coliseo
-Tambien quiero aprovechar para que al igual que los cinco caballeros muertos, tambien de le de un aplauso a alguien que ya nos a dejado para estar en un lugar mejor, mi maestro y patriarca del santuario; Shion- Mu dejaba entrever unas cuantas lagrimas salir de sus ojos ante el inminente recuerdo de quien fue su mentor y a quien le debia todolo que a lo largo de su vida habia aprendido
Tras las palabras de Mu, todo el santuario hacia sonar un inmenso eco de aplausos hacia los caballeros caidos en batalla, asi como Shion, todos aplaudian donde algunos lloraban, otros por su caracter mantenian oculta su tristeza o simplemente lloraban por dentro evitando derramar lagrimas.
La tristeza era general en todo el santuario y mas porque se podia observar a Athena llorar de igual forma.
-Me pregunto como es que fueron atacados o por quien…- Shura hablaba en voz muy baja a Saga mientras no dejaba de observar al centro del coliseo desde las gradas
-Yo tambien me pregunto lo mismo, esto es muy raro- Saga de igual forma respondia a Shura sin quitar los ojos del centro del coliseo
-Hacia mucho que llevaban desaparecidos los caballeros y ahora aparecen muertos… esto esta muy raro no crees Camus?- Milo observaba el las boxes de los caballeros de bronce caidos mientras preguntaba silenciosamente a su amigo acuariano
-Asi es, nadie sabia de ellos, incluso Athena desconocia su paradero… pero en fin habra que averiguar que paso- Camus respondia a Milo cruzado de brazos
-Muy raro… muy raro- Milo susurraba
-Por cierto, donde estuviste tu?- Camus preguntaba intrigado al Escorpion
-Estuve fuera del santuario, fui a buscar a una persona que no veo desde hace mucho tiempo, pero no la encontre- Milo respondia mientras pensaba en esa persona al mismo tiempo sin dar mas explicacion a Camus
-Ya veo- Camus terminaba la conversacion para seguir escuchando los aplausos que aun no cesaban
Asi el santuario a pesar de ser un hermoso dia, despedia por ultima vez a los caballeros de bronce caidos en batalla, asi como al patriarca Shion, quien tambien merecia ser despedido por todos y todas ahi presentes.
Londres…
-Esmeralda, a llegado la hora- la voz de una pelirosa sentada en un sillon de la sala central en la abadia de West Minster hacia resonar en eco por todo el lugar
-Asi parece Amelie- Esmeralda respondia mientras se sentaba en un sillon cruzando las piernas
-Alala me a avisado que alguien nos quiere ver en alguna ciudad de Inglaterra- Amelie comentaba a Esmeralda
-Pero quien sera esa persona?- Dudosa preguntaba a Amelie
-Pues Alala no dijo nada, pero creo que se trata de Enio, igual no estoy segura- Amelie pensaba mientras se acomodaba el cabello detras de su oreja
-Enio… puede ser jeje- Con su calida y tierna sonrisa concluia Esmeralda
-En fin, esperemos a las demas, pronto comenzaran a llegar, Alala tambien me comento que ya a dado aviso a las demas- Amelie tomaba un trago de vino en una hermosa copa de cristal finamente elaborada
-Queda esperar nadamas, por cierto no has visto al señor Ares, todo a estado muy calmado ultimamente- Esmeralda cruzaba la otra pierna cambiando de posicion
-No, no lo e visto ni a el ni a los demas dioses, muy raro la verdad- Amelie respondia mientras terminaba su copa de vino
-Bueno, andare por ahi jeje nos vemos en un rato- Esmeralda se despide de Amelie retirandose a su recamara en la Abadia
Ahi mismo en la Abadia de West Minster, pero en otro sitio…
-Deimos, tengo algo importante que decirte- Phobos habia citado a su hermano en un hermoso y enorme jardin que se encontraba en el centro de la abadia
-Que pasa Phobos?- Deimos se llenaba de intriga sobre lo que Phobos estaba a punto de decirle
Santuario…
Todo mundo se a retirado del coliseo en silencio, los caballeros guarianes del santuario se han retirado a las afueras y alrededores del mismo a seguir cumpliendo sus funciones de vigilancia, los caballeros de bronce y amazonas permanecen dentro del santuario entrenando, los caballeros de plata de igual forma permanecian dentro del santuario vigilando cualquier rincon y los caballeros dorados regresaban a sus respectivas casas a vigilarlas como era su deber.
El silencio aun imperaba en el santuario, pues parece que la consternacion durara todavia algun tiempo mas.